domingo, 22 de mayo de 2016

Historia de Fernando Casanova ex pastor protestante convertido a la fe catolica

- “Por esta fe y por esta Iglesia yo estuve dispuesto a dejarlo todo”, narra el Dr. Fernando Casanova, expastor protestante pentecostal convertido al catolicismo y reconocido conferencista internacional y conductor de las series de EWTN “Defiende tu Fe” y “Estoy en casa”. “Llegué a ser católico después de un proceso difícil con diversos inconvenientes y crisis vocacionales y familiares. La comunión plena con la Iglesia Católica la logré tras 5 largos años de reflexión, estudio, profundización en la Biblia y la historia de la Iglesia”, cuenta Casanova en diálogo con ACI Prensa. El hoy apologeta y teólogo católico narra que fueron muchos temas con los que tuvo que lidiar: “me encontraba siempre con que la Iglesia Católica siempre tenía la razón. Yo no quería hacerme católico y cuando encontraba una puerta de salida se presentaba una fe católica más deslumbrante y atrayente”. “Fue hasta que logré descubrir ese gran misterio de la presencia real y verdadera de nuestro Señor en Santísimo Sacramento del Altar que ya no pude más y me tuve que entregar”, agregó. Tras haber sido ministro licenciado ordenado y pastor pentecostal hasta el 25 de enero de 2002, ingresó formalmente a la Iglesia Católica el 17 de abril del 2003. “Imagínate lo que pasó en mi corazón cuando en ese momento yo, queriendo ser un buen pastor -porque yo era un tipo bien intencionado- no tenía el poder dado por Cristo a sus ministros para convertir un trozo de pan y un poco de vino en su cuerpo y en su sangre”, relató. Junto a su esposa Lissette abrazaron la fe católica al descubrir que el fundamento del pentecostalismo no descansaba sobre razones bíblicas sino sobre descontextualizaciones y errores de fondo acerca de la doctrina cristiana. “Hay personas que dicen ‘lo importante es estar en la iglesia en la que uno se sienta bien’, ¿pero acaso yo puedo irme con otra mujer que no sea mi esposa por la misma razón? Seguro que no, hay una cuestión de principios, valores y de verdad. Nosotros estamos luchando en contra de la superficialidad e ignorancia religiosa, y eso hace que la gente relativice y crea que todo da igual”, acotó. Casanova aseguró que los que aman verdaderamente a Dios no se “conforman con poco, ni siquiera con mucho”, sino que “lo quieren todo” y “por eso estamos en comunión y moriremos en la Iglesia que lo tiene todo, y la única Iglesia que tiene ese criterio es la Iglesia Católica”. También afirma que aquellas personas que se alejaron de la Iglesia Católica tuvieron razones equivocadas: “cada vez que le pregunto a un excatólico por qué se fue o por qué simplemente decidió no practicar más su fe, y profundizo en los motivos de ese alejamiento, no he encontrado todavía una razón válida”. “Yo les diría a esas personas que primero erradiquen el posible prejuicio que pudieran tener; y segundo, que no se informen con novelas o vídeos de internet, sino que lean más y con mayor profundidad”. Finalmente resaltó que los católicos deberían estar bien formados en el mundo actual: “aquí se impone el principio del Evangelio que dice ‘nadie puede dar lo que no tiene’. Cuando hablo de formación no me refiero a llenarse la cabeza de datos o consultar fuentes primarias. Me refiero a que todo esto debe ser parte de un ejercicio espiritual, apostolado o agenda santificadora que consiste en extender el Reino de Dios a los demás”. En cada una de sus conferencias, talleres y charlas, Casanova relata su conversión y refuta con argumentos y citas bíblicas los errores doctrinales de las iglesias protestantes. Fernando Casanova es Doctor en Teología (PhD) de la Graduate Theological Foundation, en Indiana (Estados Unidos). Asimismo tiene tres grados de Magíster en: Estudios Eclesiales, Religión y Teología; y es Licenciado en Estudios Pastorales. En el 2007 fundó “La Alianza Formativa”, un apostolado de formación y promoción de la fe católica para beneficio de la feligresía de la Arquidiócesis de San Juan, Puerto Rico.

Quieres entender la Santisima Trinidad ;abre y leelo.

12 claves para comprender el dogma de la Santísima Trinidad.
REDACCIÓN CENTRAL, 21 May. 16 / 10:09 am (ACI).- Este domingo la Iglesia celebra la solemnidad litúrgica de la Santísima Trinidad, misterio central de la fe cristiana. Aquí te presentamos 12 datos importantes que debes saber al respecto: 1. La palabra Trinidad nace del latín Proviene de la palabra latina “trinitas”, que significa “tres” y “triada”. El equivalente en griego es “triados”. 2. Fue utilizada por primera vez por Teófilo de Antioquía El primer uso reconocido del término fue el dado por Teófilo de Antioquía alrededor del año 170 para expresar la unión de las tres divinas personas en Dios. En los tres primeros días que preceden a la creación del sol y de la luna, el Obispo ve imágenes de la Trinidad: “Los tres días que preceden a la creación de los cuerpos luminosos son símbolos de la Trinidad, de Dios, de su Verbo y de su Sabiduría”. (Para Autólicus 2:15) 3. Trinidad significa un solo Dios y tres personas distintas El Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica (CCIC) lo explica así: “La Iglesia expresa su fe trinitaria confesando un solo Dios en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Las tres divinas Personas son un solo Dios porque cada una de ellas es idéntica a la plenitud de la única e indivisible naturaleza divina. Las tres son realmente distintas entre sí, por sus relaciones recíprocas: el Padre engendra al Hijo, el Hijo es engendrado por el Padre, el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo”. (CCIC, 48) 4. La Trinidad es el misterio central de la fe cristiana Sí, y el Compendio lo explica de esta forma: “El misterio central de la fe y de la vida cristiana es el misterio de la Santísima Trinidad. Los cristianos son bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. (CCIC, 44) 5. La Iglesia definió de forma infalible el dogma de la Santísima Trinidad El dogma de la Trinidad se definió en dos etapas, en el primer Concilio de Nicea (325 D.C.) y el primer Concilio de Constantinopla (381 D.C.). En el Concilio de Nicea se definió la divinidad del Hijo y se escribió la parte del Credo que se ocupa de Él. Este concilio fue convocado para hacer frente a la herejía arriana, que afirmaba que el Hijo era un ser sobrenatural pero no Dios. En el Concilio de Constantinopla se definió la divinidad del Espíritu Santo. Este concilio combatió una herejía conocida como macedonianismo (porque sus defensores eran de Macedonia), que negaba la divinidad del Espíritu Santo. 6. La Trinidad se sustenta en la revelación divina dejada por Cristo La Trinidad solo puede probarse a través de la revelación divina que Jesús nos trajo. No se puede demostrar por la razón natural o únicamente desde el Antiguo Testamento. El CCIC explica: “Dios ha dejado huellas de su ser trinitario en la creación y en el Antiguo Testamento, pero la intimidad de su ser como Trinidad Santa constituye un misterio inaccesible a la sola razón humana e incluso a la fe de Israel, antes de la Encarnación del Hijo de Dios y del envío del Espíritu Santo. Este misterio ha sido revelado por Jesucristo, y es la fuente de todos los demás misterios”. (CCIC, 45). Aunque el vocabulario utilizado para expresar la doctrina de la Trinidad tomó tiempo para desarrollarse, se puede demostrar los distintos aspectos de esta doctrina con las Sagradas Escrituras. 7. La Biblia enseña que existe un solo Dios El hecho de que solo hay un Dios se puso de manifiesto en el Antiguo Testamento. Por ejemplo, el libro de Isaías dice: "Ustedes son mis testigos, dice Yahvé, y son mi servidor, que he elegido; sépanlo, pues, y crean en mí, y comprendan que Yo Soy. Ningún Dios fue formado antes de mí, y ningún otro existirá después”. (Is. 43:10) “Así habla el rey de Israel y su redentor, Yahvé de los Ejércitos: ‘Yo soy el primero y el último; no hay otro Dios fuera de mí’. (Is. 44: 6). 8. El Padre es proclamado como Dios numerosas veces en el Nuevo Testamento Por ejemplo, en las epístolas de San Pablo se narra lo siguiente: “¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de los misericordias y Dios de toda consolación (…)”. (II Cor. 1: 3). “Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todos, que actúa por todos y está en todos. (Ef. 4: 5-6) 9. La Biblia también demuestra que el Hijo es Dios Esto es proclamado en varias partes del Nuevo Testamento, incluyendo al comienzo del Evangelio de San Juan: “En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba ante Dios, y la Palabra era Dios (…) Y la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su Gloria: la Gloria que recibe del Padre el Hijo único, en él todo era don amoroso y verdad”. (Jn. 1: 1, 14) También: “Después dijo a Tomás: ‘Pon aquí tu dedo y mira mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de negar y cree’. Tomás exclamó: ‘Tú eres mi Señor y mi Dios’”. (Jn. 20: 27-28) 10. El Espíritu Santo es Dios y así lo afirman las Escrituras En el libro de Hechos, el Espíritu Santo es retratado como una persona divina que habla y que a la que no se le puede mentir: “Mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: ‘Separadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado’”. (Hechos 13: 2) “Pedro le dijo: ‘Ananías, ¿por qué has dejado que Satanás se apoderara de tu corazón? Te has guardado una parte del dinero; ¿por qué intentas engañar al Espíritu Santo? Podías guardar tu propiedad y, si la vendías, podías también quedarte con todo. ¿Por qué has hecho eso? No has mentido a los hombres, sino a Dios’”. (Hechos 5: 3-4) 11. La distinción de tres Personas divinas se demuestra con la Biblia La distinción de las Personas se puede demostrar, por ejemplo, en el hecho de que Jesús habla a su padre. Esto no tendría sentido si fueran una y la misma persona. “En aquella ocasión Jesús exclamó: ‘Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado. Mi Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo quiera dar a conocer”. (Mt. 11: 25-27). El hecho de que Jesús no es la misma persona que el Espíritu Santo se revela cuando Jesús -que ha estado funcionando como Paráclito (en griego, Parakletos) de los discípulos- dice que va a orar al Padre y el Padre les dará “otro Paráclito", que es el Espíritu Santo. Esto demuestra la distinción de las tres Personas: Jesús que ora; el Padre que envía; y el Espíritu que viene: “y yo pediré al Padre y les dará otro Paráclito, para que esté con ustedes para siempre, el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero ustedes lo conocen, porque mora con ustedes”. (Jn. 14: 16-17) 12. El Hijo procede del Padre y el Espíritu procede del Padre y del Hijo “Es ciertamente de fe que el Hijo procede del Padre por una verdadera generación. Según el Credo Niceno-Constantinopolitano, Él es “engendrado antes de todos los siglos". Pero la procesión de una Persona Divina, como el término del acto por el cual Dios conoce su propia naturaleza, es propiamente llamada generación” (Enciclopedia Católica). El hecho de que el Hijo es generado por el Padre está indicado por los nombres de esas Personas. La segunda persona de la Trinidad no sería un Hijo si no hubiera sido generado por la primera persona de la Trinidad. El hecho de que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo se refleja en otra declaración de Jesús: “Cuando venga el Paráclito que les enviaré desde el Padre, por ser él el Espíritu de verdad que procede del Padre, dará testimonio de mí”. (Jn. 15: 26) Esto representa al Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo ("que yo os enviaré"). Las funciones exteriores de las Personas de la Trinidad reflejan sus relaciones mutuas entre sí. También puede decirse que el Espíritu Santo procede del Padre por medio del Hijo. Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en National Catholic Register. También te puede interesar:

Palabras del Papa Francisco en el dia dd la Santisima Trinidad

En Papa, en la fiesta de la Santísima Trinidad, explica que Dios es una “familia” de tres Personas que se aman tanto que forman una sola cosa 22 MAYO 2016 REDACCION EL PAPA FRANCISCO PHOTO.VA El papa Francisco, como cada domingo, se ha asomado a la ventana del estudio del Palacio Apostólico, para rezar el ángelus con la gran multitud de fieles reunidos en la plaza de San Pedro. Estas son las palabras del Papa para introducir la oración mariana: Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! Hoy, fiesta de la Santísima Trinidad, el Evangelio de san Juan nos presenta un fragmento del largo discurso de despedida, pronunciado por Jesús poco antes de su Pasión. En este discurso, Él explica a los discípulos las verdades más profundas que tienen que ver con él; y así se delinea la relación entre Jesús, el Padre y el Espíritu Santo. Jesús sabe que está cerca de la realización del diseño del Padre, que se cumplirá con su muerte y resurrección; por eso quiere asegurar a los suyos que nos les abandonará, porque su misión será prolongada por el Espíritu Santo. Será el Espíritu Santo quien prolongue la misión de Jesús. Es decir, guiar la Iglesia hacia adelante. Jesús revela en qué consiste esta misión. En primer lugar, el Espíritu nos guía a entender las muchas cosas que Jesús mismo todavía tiene que decir (cfr Gv 16,12). No se trata de doctrinas nuevas o especiales, sino de una plena comprensión de todo lo que el Hijo ha escuchado del Padre y que ha hecho conocer a los discípulos (cfr v. 15). El Espíritu nos guía en las nuevas situaciones existenciales con una mirada dirigida a Jesús y, al mismo tiempo, abierto a los eventos y al futuro. Él nos ayuda a caminar en la historia firmemente arraigados en el Evangelio y también con fidelidad dinámica a nuestras tradiciones y costumbres. Pero el misterio de la Trinidad nos habla también de nosotros, de nuestra relación con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. De hecho, mediante el Bautismo, el Espíritu Santo nos ha metido en la oración y en la vida misma de Dios, que es comunión de amor. Dios es una “familia” de tres Personas que se aman tanto que forman una sola cosa. Esta “familia divina” no está cerrada en sí misma, sino que está abierta, se comunica en la creación y en la historia y ha entrado en el mundo de los hombre para llamar a todos a formar parte. El horizonte trinitario de comunión nos rodea a todos y nos estimula a vivir en el amor y en el compartir fraterna, seguros de que allí donde hay amor, está Dios. Nuestro ser creados a imagen y semejanza de Dios-comunión nos llama a comprendernos a nosotros mismo como ser-en-relación y a vivir las relaciones interpersonales en la solidaridad y en el amor mutuo. Tales relaciones se juegan, sobre todo, en el ámbito de nuestras comunidades eclesiales, para que se cada vez más evidente la imagen de la Iglesia icono de la Trinidad. Pero se juegan en cada relación social, de la familia a las amistades y al ambiente de trabajo, todo: son ocasiones concretas que se nos ofrecen para construir relaciones cada vez más ricas humanamente, capaces de respeto recíproco y de amor desinteresado. La fiesta de la Santísima Trinidad nos invita a comprometernos en los acontecimientos cotidianos para ser levadura de comunión, de consolación y de misericordia. En esta misión somos sostenidos por la fuerza que el Espíritu Santo nos dona: cuida la carne de la humanidad herida por la injusticia, la opresión, el odio y la avaricia. La Virgen María, en su humildad, ha acogido la voluntad del Padre y ha concebido al Hijo por obra del Espíritu Santo. Nos ayude Ella, espejo de la Trinidad, a reforzar nuestra fe en el Misterio trinitario y a encarnarla con elecciones y actitudes de amor y de unidad. Después del ángelus: ¡Queridos hermanos y hermanas! Ayer en Cosenza, fue proclamado beato Francesco Maria Greco, sacerdote diocesano, fundador de las Hermanas Pequeñas Operarias de los Sagrados Corazones. Entre el siglo XIX y XX fue un animador de la vida religiosa y social de su ciudad, Acri, donde ejercitó todo su fecundo ministerio. Damos gracias a Dios por este sacerdote ejemplar. Este aplauso también por los muchos buenos sacerdotes que hay en Italia. Mañana comenzará en Estambul, Turquía, la Primera Cumbre Mundial Humanitaria, con el fin de reflexionar sobre las medidas que hay que adoptar para ir al encuentro de las dramáticas situaciones humanitarias causadas por conflictos, problemáticas ambientales y extrema pobreza. Acompañamos con la oración a los participantes de este encuentro para que se comprometan plenamente a realizar el objetivo humanitario principal: salvar la vida de cada ser humano, nadie excluido, en particular los inocentes y los más indefensos. La Santa Sede participará en este encuentro, en esta Cumbre Humanitaria, y por eso hoy viaja, para representar a la Santa Sede, el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin. El martes, 24 de mayo, nos uniremos espiritualmente a los fieles católicos en China, que en este día celebran con particular devoción la memoria de la beata Virgen María “Ayuda de los Cristianos”, venerada en el santuario de Sheshan en Shanghai. Pidamos a María que done a sus hijos en China la capacidad de discernir en cada situación los signos de la presencia amorosa de Dios, que siempre acoge y siempre perdona. En este Año Santo de la Misericordia puedan los católicos chinos, junto a los que siguen otras nobles tradiciones religiosas, convertirse en signo concreto de caridad y de reconciliación. De tal forma promoverán una auténtica cultura del encuentro y la armonía de toda la sociedad. Esa armonía que ama tanto el espíritu chino. ¡Os saludo a todos vosotros, romanos y peregrinos! En particular estoy contento de acoger a los fieles ortodoxos de la Metropolitana de Berat, en Albania, y les doy las gracias por su testimonio ecuménico. Saludo a los niños de la Escuela de las Hermanas Salesianas de Cracovia; los estudiantes de Pamplona, los fieles de Madrid, Bilbao y Gran Canarias en España, Meudon y Estrasburgo en Francia, Laeken en Bélgica; y el grupo de trabajadores sanitario de Eslovenia. Saludo a la comunidad católica china de Roma, las Confraternidaes de Cagliari y de Molfetta, los jóvenes de la diócesis de Cefalù, los ministrantes de Vall’Alta, la Acción Católica diocesana de Mileto- Nicotera-Tropea, y las Corales de Desenzano de Garda, Ca’ de David y Lungavilla. Os deseo a todos un feliz domingo. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta pronto!

Los diez mensajes llenos del Espiritu Santo realizado por el Papa Francisco.

América Latina El Santo Padre ha visitado Ecuador, Bolivia y Paraguay del 5 al 12 de julio 13 JULIO 2015 REDACCION EL PAPA FRANCISCOPHOTO.VA 1. Doy gracias a Dios por haberme permitido volver a América Latina (5 de julio 2015. Discurso a su llegada en el aeropuerto de Ecuador) 2. Ayudemos a nuestros jóvenes a no identificar un grado universitario como sinónimo de mayor estatus, dinero, prestigio social. (7 de julio 2015. Discurso con el mundo de la escuela y de la universidad en la Pontificia Universidad Católica de Ecuador) 3. Pensemos en la sociedad a través de estos valores sociales que mamamos en casa, en la familia: la gratuidad, la solidaridad y la subsidiariedad. (7 de julio. Encuentro con la sociedad civil en Quito) 4. “Jesús nunca se saltea la dignidad de nadie” (9 de julio de 2015. Misa en la plaza del Cristo Redentor, Santa Cruz, Bolivia) 5. La compasión no es zapping, no es silenciar el dolor, por el contrario, es la lógica propia del amor, el padecer con. (9 de julio de 2015. Encuentro con sacerdotes, religiosos/as, seminaristas en Santa Cruz, Bolivia). 6. “Pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América”. (9 de julio de 2015. II Encuentro Mundial de Movimientos Populares, Santa Cruz, Bolivia) 7. Los chicos son simples, son alegres. Eso es lo que quiere Jesús, que nos hagamos como los chicos. (11 de julio de 2015. Visita al hospital pediátrico Acosta Ñu, Asunción) 8. ‘La corrupción es la polilla, es la gangrena del pueblo’ (11 de julio de 2015. Encuentro con representantes de la sociedad civil, Asunción) 9. La fe nos hace prójimos, nos hace próximos a la vida de los demás. (12 de julio de 2015. Visita a la población del Bañado Norte de Asunción) 10.Hagan lío, pero también ayuden a arreglar y a organizar el lío que hacen. (12 de julio de 2015. Encuentro con los jóvenes en la Costanera, Asunción)

Leamos pra comprender realmente que Dios es Justicia Divina,y nadie saldra libre de su mal actuar;mientras no cambiemos realmente en la tierra;por eso Dios llama este Año; Año de la Misericordia.

Nuevo Testamento San Pablo   « Queridos míos, no hagan justicia por sus propias manos, antes bien, den lugar a la ira de Dios. Porque está escrito: Yo castigaré. Yo daré la retribución, dice el Señor » Romanos 12,19 « Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo. Por eso hay entre vosotros muchos enfermos y muchos débiles, y mueren no pocos. Si nos juzgásemos a nosotros mismos, no seríamos castigados. Mas, al ser castigados, somos corregidos por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo » (1 Corintios 11,29-32) « En cambio, a ustedes, los que sufren, les dará el descanso junto con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús, que vendrá desde el cielo, con los ángeles de su poder, en medio de un fuego ardiente. Entonces él hará justicia con aquellos que no reconocen a Dios y no obedecen al Evangelio de nuestro Señor Jesús. Estos sufrirán como castigo la perdición eterna, alejados de la presencia del Señor y de la gloria de su poder » 2 Tesalonicenses 1,7-9 « Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza; yo daré lo merecido. Y también: El Señor juzgará a su pueblo » (Hebreos 10,30); « Pues a quien ama el Señor, le corrige; y azota a todos los hijos que acoge. Sufrís para corrección vuestra. Como a hijos os trata Dios, y ¿qué hijo hay a quien su padre no corrige? Mas si quedáis sin corrección, cosa que todos reciben, señal de que sois bastardos y no hijos. Además, teníamos a nuestros padres según la carne, que nos corregían, y les respetábamos. ¿No nos someteremos mejor al Padre de los espíritus para vivir? ¡Eso que ellos nos corregían según sus luces y para poco tiempo!; mas él, para provecho nuestro, en orden a hacernos partícipes de su santidad. Cierto que ninguna corrección es de momento agradable, sino penosa; pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella » Hebreos 12,6 -11 « Todo esto sucedió para ejemplo nuestro, pues debemos guardarnos de los malos deseos que ellos tuvieron. No se hagan servidores de ídolos, al igual que algunos de ellos, como dice la Escritura: El pueblo se sentó a comer y a beber y se levantaron para divertirse. No caigan en la prostitución como muchos de ellos hicieron, y en un solo día cayeron muertos veintitrés mil. No tentemos al Señor como algunos de ellos lo tentaron y perecieron mordidos por las serpientes. Tampoco se quejen contra Dios como se quejaron muchos de ellos y fueron eliminados por el ángel exterminador. Todo esto que les sucedió era nuestra misma historia, y fue escrito para instruir a los que vendrían en los últimos tiempos, es decir, a nosotros » 1 Corintios 10,6-11 « Porque es necesario que todos nosotros seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal. » 2 Corintios 5,10

Exelente historia de Santa Rita de Casia .

Santa Rita nació en 1381 en Italia. Su casa natal quedaba cerca del pueblito de Casia, a 40 millas de Asís, en la Umbría, región del centro italiano. Aquella época era de guerras, terremotos, conquistas, invasiones, rebeliones y corrupción. Sus devotos padres, Antonio Mancini y Amata Ferri, eran analfabetos y conocidos como los “pacificadores de Jesucristo” porque los llamaban para que apacigüen las peleas entre vecinos. Ellos le enseñaron a Rita todo sobre el Señor, la Virgen y los santos más conocidos. Santa Rita nunca fue a la escuela, pero Dios le concedió la gracia de leer milagrosamente. Quiso ser religiosa toda su vida, pero sus padres, ya en edad avanzada, le escogieron un esposo, Paolo Ferdinando, y ella aceptó en obediencia. Su esposo demostró ser un bebedor, mujeriego y maltratador, pero Santa Rita se mantuvo fiel y en oración. Tuvieron dos gemelos que sacaron el mismo temperamento del papá. Tras 20 años de casados, el esposo se convirtió, Rita lo perdonó y juntos se acercaron más a la vida de fe. Antes de su conversión, el esposo tenía malas juntas. Una noche, él no llegó a casa y Santa Rita sabía que algo había pasado. Al día siguiente fue encontrado asesinado. Los hijos juraron vengar la muerte de su padre y la pena de Santa Rita aumentó más. Ni sus súplicas los hacían desistir. La afligida mamá rogó al Señor que salvara las almas de sus hijos y que tomara sus vidas antes de que se condenaran por la eternidad con un pecado mortal. Ambos contrajeron una terrible enfermedad y antes de morir perdonaron a los asesinos. Más adelante, la Santa quiso ingresar con las hermanas agustinas, pero no se la hicieron fácil porque no querían una mujer que había estado casada y por la sombría muerte de su esposo. Ella se puso en oración y cierta noche se produjo un milagro. Mientras dormía oyó que la llamaban tres veces por su nombre. Abrió la puerta y se encontró con San Agustín, San Nicolás de Tolentino y San Juan el Bautista, de quien ella era muy devota. Ellos le piden que los siga y después de recorrer las calles de Roccaporena, en el pico del Scoglio, donde ella acostumbraba orar, sintió que la elevaban en el aire y la empujaban suavemente hacia Casia. Después se encontró arriba del Monasterio de Santa María Magdalena, allí cayó en éxtasis y cuando volvió en sí estaba dentro del Monasterio. Las monjas agustinas ya no pudieron negarle más el ingresar a la comunidad. Hizo su profesión religiosa ese mismo año (1417) y allí vivió 40 años de consagración. Fue puesta a prueba con duras pruebas por las superioras. Como obediencia le ordenaron regar todos los días una planta muerta. La planta llegó a ser una vid floreciente que dio uvas que sirvieron para el vino sacramental. En la cuaresma de 1443, fue a Casia un predicador que habló sobre la Pasión del Señor. La reflexión tocó mucho a Santa Rita y a su retorno al monasterio pidió al Señor participar de sus sufrimientos en la cruz. Recibió estigmas y las marcas de la corona de espinas en la cabeza. A diferencia de otros santos con este don, las llagas en ella olían a podrido y tuvo que vivir alejada de sus hermanas y la gente por muchos años. Cuando quiso ir a Roma por el primer Año Santo, Jesús le quitó la estigma que tenía en su cabeza mientras duró la peregrinación. Al regresar a casa, volvió a aparecer la estigma y tuvo que aislarse nuevamente. Los últimos años de su vida sufrió una grave y dolorosa enfermedad que la tuvo inmóvil sobre su cama de paja por cuatro años. En este tiempo le mostraron una rosas que brotaron prodigiosamente en su huertecito de Roccaporena y en pleno frío invernal. Ella aceptó sonriente este signo como don de Dios. Partió a la Casa del Padre en 1457. La herida de espina en su frente desapareció y en su lugar apareció una mancha roja como un rubí, que tenía deliciosa fragancia. Fue velada en la Iglesia por la gran cantidad de gente que fue a rendirle honores. Nunca la enterraron, su ataúd de madera fue reemplazado por uno de cristal y su cuerpo permanece incorrupto. El Papa León XIII la canonizó en 1900. Las abejas de Santa Rita Se dice que cuando era bebé, mientras dormía, abejas blancas se agrupaban en su boca y allí depositaban la miel sin dañarla o hacerla llorar. Después de 200 años de su muerte en el monasterio de Casia las abejas blancas surgían, cada año, de las paredes del monasterio durante Semana Santa, permaneciendo hasta la fiesta de Santa Rita. El Papa Urbano VIII pidió que le llevaran a Roma una de las abejas, le ató un hilo de seda y la liberó. Luego se encontró a la abeja en su nido del monasterio de Casia (a 138 kilómetros de distancia). Los huecos en la pared, donde las abejas permanecen hasta el siguiente año, pueden ser vistos por los peregrinos.

Hoy festejamos la Santisima Trinidad .

El Misterio El misterio de la Santísima Trinidad consiste en que Dios es uno solo y en Él hay tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El misterio de la Santísima Trinidad nos ha sido revelado por la Persona, palabras y acciones de Jesucristo. Después de haber hablado por los Profetas, Dios envió a su Hijo, Jesucristo, quien nos dio la Buena Nueva de la salvación. Este es el mensaje de l Nuevo Testamento. Con sus palabras y acciones, y especialmente en su sagrada Persona, Jesús nos dio a conocer las más profundas verdades acerca de Dios. La Trinidad es el misterio más profundo. Jesús nos ha revelado los secretos del Reino de los Cielos. La suprema de sus enseñanzas es el secreto de Dios mismo. Nos ha hablado de la vida de Dios. Nos enseñó que Dios, siendo uno solo, hay en El tres Personas iguales. Nos dijo sus nombres: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Jesucristo se presentó a Sí mismo como el eterno y divino Hijo de Dios. Afirmó que es el Hijo, el Unigénito del Padre, igual al Padre. Jesús nos reveló más plenamente al Padre. Siempre hablaba de su Padre llamándole por este nombre. Nos enseñó a amar a nuestro Padre celestial porque nos ama. Él quiere ayudarnos en todas las necesidades de alma y cuerpo. Quiere llevar a sus hijos a su hogar del Cielo. Jesús reveló la tercera Persona divina, el Espíritu Santo. El Padre y el Hijo, después de la Resurrección, lo enviaron a la Iglesia. Jesús había prometido enviar la tercera Persona, Dios igual que El mismo y el Padre. Jesús, el Divino Maestro, habló a sus discípulos acerca del verdadero Dios y los llamó a ser hijos de Dios por el don del Espíritu. Honramos a la Santísima Trinidad siempre que tomamos conciencia de que Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo están presentes en nuestra alma. Le honramos asimismo cuando tratamos de entender con la ayuda de la fe que por el Bautismo estamos llamados a íntima unión de amor con las tres divinas Personas.

Aprendamos sobre el Sacramento de la Sagrada Eucaristia

El Sacramento de la Sagrada Eucaristía La Eucaristía es el Sacramento que contiene verdaderamente el Cuerpo y Sangre de Jesucristo, juntamente con su Alma y Divinidad, toda la Persona de Cristo vivo y glorioso, bajo las apariencias de pan y vino. El concilio de Trento define claramente esta verdad, fundamental para la vivencia y adoración de Cristo: " En el Santísimo Sacramento de la Eucaristía se contiene verdadera, real y sustancialmente el Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo, juntamente con su Alma y Divinidad. En realidad Cristo íntegramente." Como católicos, creemos que Jesucristo está personalmente presente en el altar siempre que haya una hostia consagrada en el sagrario. Es el mismo Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, que andaba por los caminos de Galilea y Judea. Creemos que El viene ahora como nuestro huésped personal, cada vez que recibimos la Santa Comunión. La Eucaristía es uno de los siete sacramentos instituidos por Cristo para que participemos de la vida de Dios. Es el mayor de todos los sacramentos, porque contiene a Cristo mismo, el Autor Divino de los Sacramentos. Hay tres aspectos o momentos en la Eucaristía. El primero se dice real Presencia de Cristo en el altar, siempre que haya una hostia consagrada en el Sagrario. Segundo, la Eucaristía como sacrificio, que es la Misa. Y tercero, la Santa Comunión. La palabra Eucaristía, derivada del griego, significa "Acción de gracias". Se aplica a este sacramento, porque nuestro Señor dio gracias a su Padre cuando la instituyó. Además, porque el Santo Sacrificio de la Misa es para nosotros el mejor medio de dar gracias a Dios por sus beneficios. La Sagrada Eucaristía es el verdadero centro del culto católico, el corazón de la fe. Y porque creemos que el hijo de Dios está verdaderamente presente en el Sacramento del altar, construimos bellas iglesias, ricamente adornadas. El Sacrificio de la Misa no se limita a ser mero ritual en recuerdo del sacrificio del Calvario. En él, mediante el ministerio sacerdotal, Cristo continua de forma incruente el Sacrificio de la Cruz hasta que se acabe el mundo. La Eucaristía es también comida que nos recuerda la Ultima Cena; celebra nuestra fraternidad en Cristo y anticipa ya el banquete mesiánico del Reino de los Cielos. Por la Eucaristía, se da Jesús mismo, Pan de Vida, en alimento a los cristianos para que sean un pueblo más grato a Dios, amándole más y al prójimo por Él. Se reserva la Eucaristía en nuestras iglesias como ayuda poderosa para orar y servir a los demás. Reservar el Santísimo Sacramento significa que, al terminar la comunión, el Pan consagrado que sobra se coloca en el Sagrario y allí se guarda reverentemente. La Eucaristía en el Sagrario es un signo por el cual Nuestro Señor está constantemente presente en medio de su pueblo y es alimento espiritual para enfermos y moribundos. Debemos agradecimiento, adoración y devoción a la real presencia de Cristo reservado en el Santísimo Sacramento. Las tumbas de los mártires, las pinturas murales de las catacumbas y la costumbre de reservar el Santísimo Sacramento en las casas de los primeros cristianos durante las persecuciones, ponen de manifiesto la unidad de la fe en los primeros siglos del Cristianismo sobre la doctrina de la Eucaristía, en la cual Cristo realmente se contiene, se ofrece y se recibe. De la Eucaristía sacó fuerzas toda la Iglesia para luchar valerosamente y conseguir brillantes victorias. La Eucaristía es el centro de toda la vida sacramental, pues es de capital importancia para unir y robustecer la Iglesia. La novena en honor del Sacramento de la Sagrada Eucaristía puede hacerse muchas veces durante el Año Litúrgico, para ahondar nuestra fe en este gran misterio de amor, centro de toda la vida sacramental de la Iglesia. La Palabra de Dios "Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto Y murieron; éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo…."Si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. "El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el ultimo día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en Mí, Y yo en él". "Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí". Jn 6, 48-57 "Mientras estaban comiendo, tomo Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos dijo: "Tomad, comed, éste es mi cuerpo." Tomo luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: "bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados". Mt 26, 26-28 "Hagan esto en memoria mía". Lc 22,19 Oración propia de la Novena Te doy gracias, Jesús, mi Dios y Redentor, por haber venido al mundo para salvarnos; por instituir el admirable Sacramento de la Eucaristía y quedarte con nosotros hasta el fin del mundo. Te doy gracias por haber ocultado bajo las especies eucarísticas tu infinita Majestad y Hermosura, cuya contemplación hace las delicias de los ángeles. Así me inspiras confianza para acercarme al trono de tu Misericordia. Te doy gracias, Jesús mío, porque te me das a Ti mismo en el Santísimo Sacramento y tanto lo enriqueces con el tesoro de tu amor que no hay otro don mayor para mí. Te doy gracias por haberte hecho alimento para mí y ofrecerte constantemente en sacrificio a tu eterno Padre por mi salvación. Te doy gracias a ti Dios y Sacerdote, por ofrecerte a ti mismo como sacrificio diariamente sobre nuestros altares en adoración y homenaje a la Santísima Trinidad, perfeccionando nuestra pobre y defectuosa adoración. Te doy gracias por actualizar aquí diariamente el sacrificio de la Cruz ofrecido en el Calvario, así satisfaces por nosotros, pobres pecadores, a la Divina Justicia. Te doy gracias, Jesús amadísimo, por haberte hecho la Víctima inapreciable que merece plenitud de favores celestiales. Despierta en mi tal confianza que desciendan gracias cada vez más abundantes y fructuosas sobre mi alma. Te vivo agradecido por ofrecerte a ti mismo en acción de gracias a Dios por todos los beneficios espirituales y temporales que Él me ha otorgado. En unión con tu propio ofrecimiento en el santo Sacrificio de la Misa te pido esta gracia particular (mencione el favor que desea) Concédemelo, si es conforme a tu Santa Voluntad. Quiero también recibir de Ti la gracia de perseverar en tu amor y servicio fielmente, una santa muerte y la eternidad contigo en el Cielo. Amén. Oración a Cristo, sumo Sacerdote. Señor, Jesucristo, nuestro magnifico y supremo Sacerdote. Por tu Muerte y Resurrección te hemos reconocido como el Cordero sacrificial, mediador entre el Padre y nosotros mismos. Nos llamas a participar en tu Muerte y Resurrección te hemos reconocido como el Cordero sacrificial, mediador entre el Padre y nosotros mismos. Nos llamas a participar en tu Muerte y Resurrección por los sacramentos del Bautismo y Confirmación, para unirnos en el ofrecimiento del sacrificio de Ti mismo por la participación de tu Sacerdocio en la Eucaristía. Así pertenecemos a tu Reino en la tierra, haciendonos tu pueblo santo. Señor Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, concédenos tu Espíritu de Amor y Vida que nos una a ti, Sacerdote y Víctima, para que el plan de salvación para todos los pueblos se establezca dentro de nosotros. Señor, Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, concédenos tu Espíritu de Sabiduría y unión, que a todos nos unifique en tu Cuerpo Místico, la Iglesia, para ser tus testigos en el mundo. Señor, Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote, tu cruz remedie nuestros males, tu Resurrección nos renueve, tu Espíritu Santo nos santifique, tu Realeza nos glorifique y nos redima tu Sacerdocio, para que podamos unirnos contigo como tu lo estas con el Padre en el Espíritu Santo. Señor, Jesús, reúnenos a todos en tu Persona –Víctima, Sacerdote, Rey – por el banquete salvador de la Eucaristía que Tu y nosotros ofrecemos en el altar del Sacrificio, ahora y durante todos los días de nuestra peregrinación por este mundo. Cuando nos llames a tu Reino celestial, entonces podamos participar con todos los santos de tu gloria, amor y vida en unión con el Padre y el Espíritu Santo por toda la eternidad. Amén. Oración ¡Oh Señor! Nos has regalado este sagrado Banquete en el cual recibimos a Cristo, se renueva la memoria de su Pasión, el alma se llena de gracia y nos es dada en prenda la gloria futura. Nos has dado pan del cielo que contiene en sí todo deleite. Oremos: Oh Dios y Padre nuestro, has designado Supremo Sacerdote a Jesucristo, para tu gloria y nuestra salvación. Haz que el pueblo rescatado con su Sangre para Ti llegue a participar del poder de tu Cruz y Resurrección por la celebración de su Memorial en la Eucaristía, porque Él vive y reina contigo en el Espíritu Santo, Dios por los siglos de los siglos. Amén. Oh Jesús Tu nos has dejado el recuerdo vivo de tu Pasión oculto bajo los velos de este Sacramento, concédenos te pedimos venerar de tal manera estos sagrados misterios de tu Cuerpo y Sangre, que podamos siempre gozar de los frutos de tu Redención. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Novena de la Santa Comunión  Meditación: El Sacrificio de la Misa no se limita a ser un mero ritual en recuerdo del Sacrificio del Calvario. En él, por ministerio sacerdotal, Cristo continua de manera incruenta el Sacrificio de la Cruz hasta el final del mundo. La Eucaristía es también comida, que nos recuerda la Ultima cena, celebra nuestra fraternidad en Cristo y anticipa ya el banquete mesiánico del Reino de los Cielos. Jesús se hace El mismo alimento de nuestras almas, el Pan de Vida. Se ofrece a Sí mismo como Sacrificio en la Cruz. En la Sagrada Comunión participamos del Cuerpo que fue entregado a la muerte por nosotros, y de la Sangre que se derramó para nuestra salvación. Este sagrado banquete nos recuerda lo que sucedió en la Ultima Cena, cuando Jesús mandó a sus apóstoles a hacer lo mismo en memoria de Él. Comulgar en la Misa es comer el Cuerpo del Señor que nos alimenta con la vida de Dios y nos une a Jesús y entre nosotros mismos. Atrayéndonos a la unión con Jesús, nuestro Padre celestial nos acerca más entre nosotros, porque participamos de la vida de Cirsto en cuanto Dios por medio de su gracia. La Sagrada Eucaristía es signo de unidad y amor que nos estrecha con Jesús y a unos con otros. Además nos da la gracia que necesitamos para que ese amor sea fuerte y sincero. La Sagrada Comunión nos da ya una parte del banquete de Cristo en el Reino de los Cielos, porque es el mismo hijo de Dios hecho Hombre quien se unirá a nosotros en gozo para siempre en el Cielo. Jesús prometió que también nuestro cuerpo disfrutará algún día de su presencia. Él dijo: "El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitare el último día" (Jn 6, 54). La comida que Dios Padre nos ha preparado nos dispone a participar en aquella comunión espiritual con Jesús y su Padre. En la Eucaristía, Jesús mismo, Pan de vida, se da como alimento a los cristianos para que sean pueblo más agradable al Padre, con mayor amor a Dios y al prójimo. La Santa Comunión es Cristo mismo, bajo las especies de pan y vino, que se unen al cristiano para alimentar su alma. Dijo el Señor: "Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar es mi carne por la vida del mundo".(Jn 6,51) La Santa Comunión nos ayuda a amar más a Dios por la gracia divina que aumenta en nuestras almas. La misma gracia nos ayuda a amar a los demás por amor de Dios. Jesús nos fortalece con la gracia actual y sacramental, para que superemos la tentación y no pequemos contra Dios ni contra el prójimo. Solo con la ayuda de su gracia podemos verdaderamente vivir vida de caridad y cumplir el mayor de sus mandamientos. Por eso, la Eucaristía es Sacramento de unidad, pues une a los fieles más con Dios y entre sí mismos. Comiendo el Cuerpo del Señor estamos aumentando nuestra unión con Dios y con los demás. Dice San Pablo: Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan" (1 Cor 10,17). La Palabra de Dios " Yo soy la vid; Vosotros los sarmientos. El que permanece en mi y yo en él, Ese da mucho fruto; Porque separados de mi no podéis hacer nada." Jn 15,5 "En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros." Jn 5,53 "y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mi; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entrego a sí mismo por mí." Gal 2,20 "Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón." Lc 12,34

martes, 17 de mayo de 2016

https://rosasparalagospa.com/2013/02/27/cardenal-maradiaga-los-elementos-centrales-de-medjugorje-son-un-gps-para-la-humanidad/

No se pierda de leerr

El día en que Jesús Crucificado se apareció en el cielo de México JALISCO, 17 May. 16 (ACI).- El domingo 3 de octubre de 1847, antes de celebrarse una Misa en el camposanto de la capilla de La Purísima Concepción en la ciudad de Ocotlán, en México, más de 2 mil personas fueron testigos de una imagen perfecta de Jesucristo Crucificado que apareció en el cielo por más de 30 minutos. http://www.aciprensa.com/noticias/el-dia-en-que-jesus-crucificado-se-aparecio-en-el-cielo-de-mexico-99335/#noredirect

El Papa Francisco y los jovenes

Mons. Eugenio Lira, Obispo Auxiliar de Puebla y coordinador general de la visita del Papa Francisco a México en febrero, afirmó que el mensaje del Santo Padre “ha calado hondo en la juventud mexicana y ahora vamos a empezar a ver cada vez mayores frutos”. Más información en: www.aciprensa.com http://www.youtube.com/watch?v=XA5A0JRzois&feature=youtube_gdata